domingo, 29 de junio de 2008

El Otro

Llegamos al otro por la mirada, que por lo menos en Sartre hace un gran papel. Por mi mismo, sólo soy libertad subjetiva. Pero apenas me mira el otro, me convierto para él en un objeto, el otro dispone de mí, me subyuga. Sólo para el otro soy hermoso o feo, gracioso o parludo, sólo para el otro me convierto en un yo.
Pero también yo trato de objetivar y dominar al otro por mi mirada.
Por eso, la relación fundamental entre los los hombres es la enemistad.
¿No hay una mirada amorosa? ¡No! Porque el amor debería ser permanente- un amor
a plazos no es amor-, debería darse cada vez de nuevo libremente; más es contradictorio y está además amenazado por un tercero.

Así llega Sartre, en el sentido de Freud, a un "sicoanálisis". El conocimiento pasa a ser para él un acto sexual - cognoscere significa las dos cosas - ; por él ( y por mi) se desnuda al otro, yo trato de metermelo dentro de mi y como de tragármelo
.




¿COMO LLEGAMOS A SER?

Por la nausea.